¿Quién busca desestabilizar al Gobierno de la 4T en Guerrero?

* Los índices flamígeros apuntan como responsable de los hechos violentos al legado de «El Gobernador Optimista», aunque –en conjunto– PRI y PRD son culpables de la ‘maldita herencia’ criminal que azota la entidad, indican analistas y datos oficiales del INEGI y SESNSP

) Ángel Blanco
Acapulco Press

Para nadie es un secreto que la Tierra Caliente guerrerense es bastión político de partidos políticos afines como el PRI y el PRD y que fue en la era de los gobiernos estatales de estos (1999-2021) cuando los grupos paramilitares, que más tarde dejaron ver su verdaderos rostro de delincuentes al servicio del narcotráfico y el crimen organizado, doblegaron a sus comparsas y los hicieron sus rehenes.

La opinión pública no desacierta al coincidir que el crecimiento de estas células criminales se vieron fortalecidas durante los mandatos de René Juárez Cisneros (+), Zeferino Torreblanca Galindo, Angel Aguirre Rivero y Héctor Astudillo Flores. Sobre todo, en las tres últimas administraciones, los grupos delictivos prácticamente se adueñaron del Estado y se atrincheraron en regiones donde se les permitió cohabitar a cambio de mantener la fallida paz en una entidad convulsionada que se fueron heredando entre sí, hasta llegar a la Cuarta Transformación, que ahora libra una tarea titánica para imponer la paz y el orden que administraciones anteriores no pudieron y solo sobrellevaron a punta de analgésicos políticos en la Tierra Caliente, región desde donde el crimen organiza trata de hacer quedar mal el trabajo de la 4T, cuyo gobierno recién instaurado encabeza Evelyn Cecia Salgado Pineda desde el 15 de octubre del 2021.

Ante el presente panorama de inseguridad y violencia entra Andrés Manuel López Obrador al auxilio, a fin de salvaguardar los objetivos de la Cuarta Transformación y respaldar el gobierno de Evelyn Salgado, que por su cercanía con el Presidente de la República logra que Guerrero se convierta en el primer estado en que AMLO anuncia acciones de seguridad tendientes a disminuir los índices delictivos en regiones donde los grupos criminales hacen imposible la vida de sus habitantes. Municipios como San Miguel Totolapan, en la Región Caliente, será uno de los más beneficiados, al respecto.

LA NOBLE HERENCIA DEL «GOBER OPTIMISTA» Y EL PRI/PRD

Consciente de que no tenía seguro nada, por la desconfianza ciudadana en el gobierno, y con una apabullante derrota a cuestas ante el perredista Carlos Zeferino Torreblanca Galindo en 2005, durante toda su campaña, Héctor Antonio Flores Astudillo eligió usar como lema el «orden y paz» para apaciguar los caldeados ánimos de los guerrerenses, cuyo objetivo consiguió al obtener en la elección para Gobernador del 7 de junio del 2005 «558 mil 662 sufragios»,  un 40.94% que le bastó para asumir el poder el 27 de octubre de ese mismo año, en sustitución de otro perredista: Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien por el caso Ayotzinapa se vio obligado a entregar el poder al presunto ‘Comandante Camilo’ de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rogelio Salvador Ortega Martínez, que cubrió el interinato de solo trámite.

Si la apertura de las puertas de la violencia a Guerrero se le atribuyeron a Zeferino Torreblanca y los apapachos a Ángel Aguirre, con Héctor Astudillo vino el empoderamiento.

Según hechos cronológicos de su mandato relatado por analistas de su gobierno, «la administración de Héctor Astudillo comenzó con la integración en un gabinete con figuras de viejos caciques políticos enquistados en el poder.  El renejuarismo, el figueroismo, el aguirrismo y hasta el waltonismo –ya que MC también tuvo espacios de poder en su gobierno– fueron, prácticamente, quienes se olvidaron de los compromisos sociales y se sirvieron a manos llenas, a grado tal que se volvieron intocables.

Astudillo pagó favores al PAN con la imposición del expriísta Florencio Salazar Adame en la Secretaria de Gobierno, quien a nivel nacional sirvió para Vicente Fox y Felipe Calderón, a quienes, tras la derrota del blanquiazul en 2012, renunció a su militancia panista y regreso prodigiosamente al PRI, donde fungió como figura de ornato, ante la evidente complacencia de Héctor Astudillo.

A dos meses de su mandato Astudillo Flores fue bautizado por Brozo, el Payaso Tenebroso, como «El Optimista«, por su descarado optimismo de prometer «orden y paz» en una entidad donde no se le veía como gobernador, sino como aliado o comparsa de los criminales, debido a sus disparatadas declaraciones de admitir simplemente no funcionaban y que en respuesta al clamor de orden y paz solo se aplicarían medidas de contención… y así se fue su mandato, en contenciones de orden y paz, pese a que al dejar el poder se atrevió a decir que dejaba «un Estado en orden», aunque la paz la quedó debiendo.

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En 2016, los medios de comunicación reportaron que a comienzos del 2016 la Tierra Caliente registró los más altos indicies de violencia en municipios como Arcelia, Ajuchitlan y San Miguel Totolapan, donde los datos oficiales hablan de 17 personas ‘levantadas’, entre ellos maestros de educación básica. En la era astudillista, el grupo criminal de ‘El Tequilero’ se adjudicó el secuestro de 21 personas, las cuales liberó tras la negociación con Jacobo Almonte, quien condicionó la entrega del líder del grupo antagónico de La Familia Michoacan: Johny “El Pez» Olascoaga Hurtado, compromiso que, obviamente, no se cumplió, lo que ocasionó una guerra intestina entre ambos grupos, con saldos sangrientos donde los más afectados fueron los habitantes que nada tenían que ver con el tema.

Los glamurosos ‘primeros 100 días’ de la ‘administración del orden y la paz’ se habían registraron 719 asesinatos en diferentes regiones del estado de Guerrero; un promedio de siete homicidios diarios, según reportes oficiales.

Las promesas del ex «gobernador optimista» que se asió de su cantaleta de «el próximo año», para zafarse de los cuestionamientos mediáticos sobre el orden y paz prometidos, fueron muchas en torno a la seguridad, pero las acciones pocas.

El caos y el desorden, mejor dicho, la ingobernabilidad, propició el cierre masivo de escuelas y comercios, el uso de armas de fuego entre civiles, el incremento de los homicidios dolosos y la operación impune del crimen organizado.

Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican que en los primeros 4 meses del 2016 ocurrieron 692 homicidios dolosos; en mayo de ese año,  Guerrero ocupó el deshonroso segundo lugar nacional en este delito, con «23 homicidios por cada 100 mil habitantes».

El ex ‘Gobernador Optimista’ llegó al extremo del cinismos al declarar que “pensar que en Guerrero desaparecerá la violencia sería como decir que la Navidad ya no se celebraría el 24 de diciembre”.

A raíz de su fallida administración de orden y paz, el gobierno de Héctor Astudillo quedó marcado como el más violento, el más inseguro, debido a la serie de asesinatos, secuestros, ejecuciones y levantones a todo lo largo y ancho de Guerrero.

Pungarabato, Totolapan, Coyuca de Catalán y otros municipios de la Tierra Caliente, bastión de La Familia Michoacana, fueron escenarios de múltiples asesinatos, inclusive de gente cercana al ex mandatario, pero jamás los responsables fueron capturados.

14.- A Abel Montufar, alcalde con licencia y candidato del PRI en Tierra Caliente, lo asesinaron durante la administración del ex gobernador priista Héctor Astudillo, habría sido ejecutado durante un enfrentamiento armado en Coyuca de Catalán.

15.- A Abel Montufar el propio ex gobernador priista lo traiciono, Abel había denunciado amenazas de muerte y aun así le retiraron la seguridad por parte de la administración de Héctor Astudillo, cuando lo asesinaron, no llevaba escoltas para protegerlo.

Fue tanto el vacío de autoridad e impunidad a los grupos criminales que fuentes muy cernas al poder revelaron que uno de los asesores de rango de Astudillo Flores, de nombre Elí Camacho Goicochea, era operador de la organización delictiva “Los Caballeros Templarios”, célula ejecutora de «La Familia Michoacana», que perdió influencia en su nativa tierra de Michoacán pero que en Guerrero opera con fuertes bríos. El analista de El Universal Héctor de Mauleón lllegó a calificar como putrefacta la administración astudillista.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 2017 superó las cifras de 2016 y fue considerado «el año más violento en el estado de Guerrero» y «el año más violento en la historia del país, con 31 mil 174 homicidios dolosos ocurridos en los considerados «estados más violentos de México»: Guerrero, Estado de México, Guanajuato y Chihuahua».

Los hechos violentos en Guerrero, en suma, tienen una herencia que nadie ha querido admitir y visualizar. Al igual que al nivel federal, aunque es competencia del gobierno en turno actuar, los grupos criminales no llegaron con Morena ni la Cuarta Transformación. Debe admitirse que no es tarea fácil garantizar a la sociedad orden y paz en un país o estado convulsionados, rehén de células delincuenciales que se empoderaron con la impunidad que les brindaron gobiernos del PRI y PRD, en el estado y PRI y PAN a nivel federal. Hacer público lo anterior no es aventurado. Hasta Netflix y Telemundo basan sus historias de narcos en hechos reales de administraciones pasadas. Por ende, desarticular el crimen organizado será más difícil que cuando recién comenzaban a operar estas células al margen de la ley, sin la mano protectora de sus aliados.

RESPALDO FEDERAL 

Puesto que ha sido evidente que, a pesar de la tarea estatal por detener los índices de inseguridad estos siguen en aumento, la vista del Presidente López Obrador vino a dar un poco de aliento a los guerrerenses.

Durante su gira de trabajo al lado del a gobernador Evelyn Salgado, el mandatario nacional anunció una serie de acciones y estrategias de seguridad para redoblar el esfuerzo del Gobierno de la Cuarta Transformación a favor de la seguridad, principalmente en la región de la Tierra Caliente, punto álgido de Guerrero, donde se reforzarán los patrullajes conjuntos con las Fuerzas Armadas del país para garantizar el orden y la paz en ese territorio.

Secretarías de estado y dependencias como SEG (Secretaría de Educación Guerrero), Icategro (Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Guerrero), Salud y Secretaría General, entre otras, se harán cargo de todo el apoyo social y logístico para coadyuvar en las tareas programadas tendientes a lograr el bienestar social de los guerrerenses. Serán aproximadamente 33 millones de pesos que serán destinados exclusivamente al resurgimiento de la Tierra Caliente como región próspera y segura.

La Gobernadora Evelyn Salgado contextualizó que con estos compromisos con el Gobierno de México «no solamente hay más presencia del gobierno en la zona de la Sierra y Tierra Caliente, sino que también se está reforzando la seguridad con más elementos de las fuerzas federales y estatales en todo Guerrero, privilegiando el diálogo con los pobladores para construir acuerdos que logren el impulso, desarrollo y pacificación de las regiones históricamente conflictivas de la entidad».

Desde luego, el Gobierno del Estado no debe soslayar el hecho de que es competencia de la administración en turno garantizar la paz y seguridad, aunque se palpa la tarea que el el gobierno de Evelyn Salgado realiza en el tema. No obstante, meter bisturí donde primero hay mucho por amputar, no es fácil. La sociedad necesita tranquilidad, el tema de la seguridad requiere de mucho diálogo y acuerdos para no comprometer la integridad de los guerrerenses. Por bien de Guerrero y  los guerrerenses, se espera que estos proyectos mancomunados entre Gobierno estatal y Federación den resultados.
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