E d i t o r i a l
SIN DAÑOS A TERCEROS
Con una leve sonrisa y parpadeante, tras breves segundos de pausa, Abelina López Rodríguez respondió monosílaba y con sorna: «Se vale soñar».
Le habían solicitado su opinión en torno a Ricardo Salinas Méndez, oficial mayor de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, quien ya en medios nacionales ha comenzado a ser mencionado como el más fuerte aspirante de Morena y más viable sucesor en la presidencia de Acapulco para 2027.
Desde luego, Abelina no podía tener otra respuesta que la obvia, pues no es un secreto que su máximo anhelo es dejar a su ‘amada’ escudera de andanzas políticas, #Leticia Lozano Zavala, como su heredera, motivo por el cual tuvo que recurrir a su expadrino de reelección en 2024, Marcelo Ebrard Casaubón, con quien finalmente rompió relaciones políticas en julio de este año cuando el actual secretario de Economía le dijo, de tajo, «NO» a la imposición de Leticia Lozano como candidata por Morena a la presidencia de Acapulco en 2027, debido a que en la mira del exaspirante presidencial figuraba Lloyd Walton Álvarez, actual delegado de la Unidad de Atención a Corredores del Bienestar en Guerrero e hijo de su gran amigo Luis Walton Aburto (+), con quien Ebrard sostuvo una lealtad y amistad moral más allá del aspecto político.
Personas muy allegadas a Abelina López y la familia Walton corroboraron el encuentro convocado por la alcaldesa ya reelecta de Acapulco a principios de año, en el cual el tema principal fue la candidatura a la gubernatura para Abelina y la presidencia municipal de Acapulco para Leticia.
Testigos oculares del suceso narran que los ánimos se caldearon cuando Abelina López escuchó la tajante negativa de Ebrard de apoyarla nuevamente para que fuera candidata a gobernadora, y más aún, cuando Marcelo le dijo firme, seco y voz resonante que «no» insistiera en la petición de hacer presidenta de Acapulco a Leticia, porque no estaba capacitada y porque no figuraba en su lista de personas a las cuales brindaría su apoyo.
Acto seguido, Marcelo se levantó de la mesa de diálogos y se fue… sin voltear, pese a los balbuceos de enojo de Abelina López contra su expadrino político.
Desde entonces, Abelina no ha cejado en sus intentos por conseguir dejar a su amada Leticia como su sucesora, aunque su suplente y secretaria general, a la vez, no tiene madera de política, ni carisma humano para asumir tan responsable encargo, tal como señaló Marcelo.
El despotismo y la soberbia que caracteriza a Leticia Lozano son las dos más grandes murallas que le impiden siquiera aspirar a ser precandidata. Es una copia fiel de Abelina López, quien cada vez más se gana el repudio popular hasta en eventos internacionales que ella organiza y patrocina.
A esto hay que añadirle que ni Abelina López ni Leticia Lozano figuran, siquiera, en las simpatías de la presidente Claudia Sheinbaum Pardo. Los reveces recibidos en las recientes visitas al puerto demuestran lo que no necesita detalles ni palabras. Simplemente no está en la foto donde todos salen, menos la soberbia, instransparente, nepotista y omisa Abelina.
Aunque la han metido en las encuestas, la ‘maestra’ Leticia jamás ha podido superar a figuras como Beatriz Mojica, Yoshio Avila, Luisa Fontova, Julieta Fernández, Pablo Amílcar Sandoval o siquiera a Genaro Vázquez Flores, el tres veces regidor por el PT (2012), PRI (2021) y Morena (2024), que no ha dejado de soñar con la presidencia de Acapulco… aunque haberse aliado con Abelina López fue el ‘escopetazo’ en el talón que lo dejó mal parado en sus intenciones.
Más de una vez se ha escrito en redes sociales que la única forma que Leticia Lozano sea alcaldesa es por la vía del «interinato», porque por la ruta constitucional «Abelina es la que debe seguir soñando», sobre todo cuando de quien esboza que ‘se vale soñar’ está comenzando a posicionarse por encima de todos los que aspiran la presidencia de Acapulco en 2027… sueño que a Leticia, por cierto, le queda muy, muy grande y distante, tal como a Abelina la gubernatura de Guerrero.
Sin daños a terceros.